Mientras la prensa
española está sumida, probablemente, en la peor crisis de su
historia por culpa, sobre todo, de su mal hacer (ya se que me repito
pero no puedo callarme), donde quiera que miremos, los
fotoperiodistas españoles destacan, Samuel
Aranda, World Press Photo del año 2011,
Fernando
Moleres, la beca Tim Hetherington de la fundación WPPh,
probablemente la beca más importante en este mundillo, Bernat
Armangue, Picture of the Year 2012,
Albero
Arce y Ricard García Vilanova Rory Peck Trust, Manu
Brabo premio Pulitzer
esta misma semana. Además, también Rafael Sanchez Fabres Award of
Excelence en los POYi 2012, Emilio Morenatti y Daniel Ochoa de Olza
en los WPPh, Manu también en los POYi... seguro que me olvido de
algunos. Esto, me hace sentir doblemente orgulloso, por un lado por
pertenecer a esta profesión, a la que amo tanto y por otro, al ver
como mis compatriotas se buscan la vida y la encuentran, sobre todo
en estos momentos tan duros para todos y no solo cosechando laureles,
la mayoría en la sombra, pero haciendo un trabajo igual de valioso.
Prácticamente todos
trabajan fuera de España o para empresas extranjeras, ¿qué está
pasando?¿por qué esta fuga de talentos? No tiene nada que ver con
la crisis económica, tiene más que ver con una crisis de talento en
los que manejan los hilos de los medios, con una miopía congénita
debido a la endogamia entre otras cosas, aderezadas con frases
míticas, a las que no pondré nombre y apellidos por no ser de
primera mano, aunque si contadas por personas de mi más absoluta
confianza, como por ejemplo “mmm, tus fotos son muy buenas, pero yo
solo publico a mis amigos”, o “que buen reportaje pero es que ese
país nos queda muy lejos”, esta es buena, “hacer fotos donde hay
tiros es fácil”, y esta otra delata el nivel informativo del
personaje, “nosotros estamos ahora publicando una serie de
reportajes sociales, sobre todo de guerras y actualidad como Vietnam
o Afganistan”... podría seguir toda la tarde, de echo creo que voy
a empezar a recopilarlas en una libreta y un día publicaré un
libro, lo titularé “¡Soy mu tonto, pero tonto beaucoup de mucho!”
en el libro firmaré las frases, y el título claro, de José Mota.