23/2/09

Ricky Dávila presenta "IBERICA" en Honduras



Fuente: Hoy es Arte

El Centro Cultural de España en Tegucigalpa (Honduras) ha presentado la exposición Ibérica del fotógrafo Ricky Dávila. La muestra, que pretende inventariar la sociedad actual de nuestra península, ha sido organizada por la SEACEX (Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior) y ya ha recorrido otras ciudades americanas como Quito, Lima y Bogotá, así como la española Cuenca con motivo de PhotoEspaña 2007. Su destino final será el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

El proyecto es definido por el propio autor como “una cartografía cuyas líneas maestras están dibujadas con los retratos de los protagonistas". La exposición reúne 120 fotografías, la mayoría de ellas son los retratos que el artista ha encontrado a su paso por la península ibérica durante varios años de trabajo. Además, el proyecto cuenta con paisajes peninsulares que “surgen desde la narrativa del libro, de la necesidad de oxigenar la secuencia de retratados a lo largo de las páginas y de contextualizarlos”.

Sin pretensión sociológica

En un primer acercamiento, el proyecto podría ser calificado de trabajo documental, sin embargo, sus intenciones están lejos de cualquier pretensión de tesis social. Surge como resultado del encuentro del fotógrafo con un grupo de personas cuya selección es arbitraria; está, además, integrado en el marco de lo que el propio autor define como “documentalismo subjetivo”. No busca mostrar el verdadero retrato de la sociedad, sino ese surgido de su propia mirada. Un posible retrato verdadero.

Estos retratos mantienen la firmeza y la rotundidad de la fotografía de Dávila. Por otro lado, los paisajes dan un paso al frente y se adelantan a una nueva etapa del fotógrafo donde la poesía que percibíamos en trabajos anteriores se ve multiplicada y transformada en romanticismo.

Niños, ancianos, inmigrantes, un soldado, un obrero, un marinero, algún amigo, son algunos de este centenar de retratos. “El retrato de una persona es muy revelador y, por otro lado, no cuenta nada de ella”, señala. Dávila ha sido llamado ladrón de almas en varias ocasiones. El fotógrafo no busca la complicidad con el retratado, dispara a bocajarro y medita después. Todo nace de una intuición. La mirada sosegada de cada personaje penetra y estremece al espectador. Su perspectiva busca el humanismo; una fotografía que, a través de la cámara, salga del corazón y además lo explique.

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