Esta situación se daba a
mitad del pasado mes de Mayo en Dalla Township, en la División de
Rangún, justo en la otra orilla del río, posiblemente la zona más
pobre de la ex-capital. Cientos de personas hacían cola en los
estanques, cercados con alambre de espinos y abiertos solo dos horas
al día, para recoger el agua necesaria para beber, hacer de comer o
ducharse. La todopoderosa y omnipresente Coca-Cola planea construir
una fábrica en el país, que hará adicto a los Birmanos al preciado
e insano néctar, mientras el pueblo ni siquiera tiene agua potable.
Afortunadamente para ellos el Monzón ha llegado a Rangún.
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