Por estas fechas, en 1980, en Myitkyina
(capital del Estado Kachin) se produjeron las primeras conversaciones
de paz entre el gobierno Birmano y el Kachin Independence
Organization, hacía ya 19 años del comienzo de la guerra entre
ambos bandos. Han pasado muchas cosas desde entonces, pero no ha
cambiado casi nada.
Una de tantas cosas que no ha cambiado
es la capacidad de reacción de las Naciones Unidas, también en
Noviembre, el 29 para ser exactos, pero de 1991 en una asamblea
general, adoptó una resolución condenando la violación de los
derechos humanos en Birmania e instando al gobierno a liberar a Aung San
Suu Kyi y al resto de presos políticos.
Hoy en día vemos la misma ineptitud e
incapacidad en cualquier lugar del mundo hacia el que miremos. Ha
llegado el momento de que se replanteen sus procedimientos o de que
el pueblo, se replantee por qué tenemos que mantener una organización
que, repetidamente ha demostrado no servir absolutamente para nada.
Birmania
Siria
República Democrática del Congo
Sri Lanka
Palestina
Kosovo
Chechenia
Sahara Occidental
Sudán
Somalia
Zimbabue
...
Un caso reciente de tibieza política referente no a las Naciones Unidas sino, en este caso al lider político más aclamado de los últimos años, Barak Obama, lo podemos leer en un artículo publicado por mi socio y compañero Carlos Sardiña en Democratic Voice of Burma.
Niños soldado Birmanos, prisioneros de guerra del KIO.
No
he podido evitar fijarme en un comportamiento cada vez más extendido
en las redes sociales. Cuando un compañero cuelga una publicación
suya, como forma de auto-promoción, bien sea en Facebook o Twitter,
una cantidad importante de personas hacen comentarios del tipo
“felicidades” o “enhorabuena”. ¿Cuál es la razón de estos
comentarios?, cuando alguien recibe un premio, beca, etc... entiendo
esta reacción pero, cuando alguien simplemente publica algo en algún
medio de comunicación... es nuestro trabajo o ¿no?, ¿por qué un
enhorabuena? Imagínese que usted llega a la panadería a primera
hora de la mañana, mira el pan y los bollos y le dice al panadero,
¡felicidades hombre! Y se da la vuelta y se va de la tienda.
No
estoy criticando a las personas que hacen esto, nada más lejos de mi
intención, simplemente reflexiono acerca del por qué. Tal vez, la
gente se ha dado cuenta de lo difícil que es esto, de que hoy en día
es muy complicado publicar algo en en cualquier medio de comunicación
siendo freelance, puede ser y esto es positivo pero, también es un
claro síntoma de hacia donde se dirige el periodismo.
Volviendo
al panadero, ¿estaría bien que si vemos sus bollos en la cafetería
de moda, en lugar de las rosquillas prefabricadas de alguna gran
empresa le diésemos la enhorabuena? Quizás si, pero esto me hace
volver a lo mismo, nuestra profesión va por el mismo camino,
noticias enlatadas, con conservantes cancerígenos, producidas sin
cariño que se transportan a la velocidad de la luz a través de la
red y que 5 minutos después, con suerte, nadie las recuerda.
Hace
unos días escuchaba en un programa de radio una expresión que no
había escuchado antes, referida a los medios, “el efecto Lázaro”
al parecer, se refiere a cuando una noticia antigua reaparece desde
las redes sociales a los medios de comunicación tradicionales o
directamente a ellos y se da como actualidad. Esto sucede por la
total falta de profesionalidad de muchos trabajadores (no los puedo
llamar periodistas) de los grandes periódicos o agencias, por no
cumplir con uno de los reglas básicas de la profesión, CONTRASTAR.
Hablaban del
supuesto hallazgo de la Atlántida en las costas de Cuba, en pleno
triángulo de las Bermudas, bien, esta historia a parte de un burdo
fraude, es del año 2001, la noticia salio de la agencia Rusia Today
y corrió como la pólvora haciendo incluso portada en muchos
periódicos en todo el mundo (tampoco sus trabajadores contrastaron)
la noticia ha sido convenientemente borrada de la web de RT (vaya
cagada) a estas alturas.
Quizás,
una de las razones por las que la gente felicita a un freelance, que
con su esfuerzo, cariño y dinero ha conseguido colar una pequeña
historia en un periódico de cualquier lugar, por pequeño que este
sea, es porque entiende que lo que él cuenta no lo ha copiado y
pegado de ningún lado, no ha conseguido tal foto o cual entrevista
gracias al talonario, tan de moda últimamente en las grandes
empresas.
Este
fin de semana ha ocurrido algo terrible, una de
las peores cosas que le pueden ocurrir a un país, se ha ejecutado
otro ERE en un medio de comunicación, esta vez en el periódico más
importante de España, El País. La pérdida de puestos de trabajo es
una desgracia, pero esto ocurre en todos los laboricidios, sea
una empresa conservera o un periódico. Lo importante de este caso,
es algo, que vas más allá, algo, de lo que no todo el mundo es
consciente. Es un paso más hacia la indefensión del ciudadano, un
paso más hacia el abismo de la ignorancia, hacia el acantilado de la
impunidad ajena, en definitiva, un paso más que nos aleja de la
verdad y de la democracia, por la que tanto lucharon nuestros padres
y abuelos.
Esto
ha pasado casi desapercibido entre los ciudadanos de a pie, aunque ha
creado un terremoto entre los que nos dedicamos a esto de vigilar a
“los malos”. Al parecer, el grupo tenía muy claro desde el
principio lo que quería y no aceptó ningún tipo de negociación,
se propusieron varias fórmulas por parte de los trabajadores, que
equivaldrían al mismo ahorro, he incluso mejor que el Expediente de
Regulación, la respuesta siempre fue la misma, ¡NO! Es
incomprensible la intransigencia de Prisa, al menos para mi, un
absoluto ignorante en asuntos empresariales pero, lúcido en asuntos
informativos.
A
los que han puesto la primera piedra en la construcción del mausoleo
de la libertad en España, les digo, que sus hijos y sus nietos
sufrirán las consecuencias por mucho dinero que tengan, nadie les
protegerá de lo que ellos han hecho.
Sigo
viendo a mi novia leer El País cada día, desde el sábado, yo no
puedo, encuentro errores donde quiera que mire, debe ser mi
subconsciente, estoy seguro de que antes también los había, pero
los pasaba por alto o no me los tomaba tan a pecho. Cuando abro la
web por la mañanas, de verdad que lo intento cada día, tengo la
sensación de estar traicionando mis principios, de estar
traicionando a todos los compañeros que se han dejado la piel por ese
rotativo, por sus lectores, para que ellos puedan tener acceso a una
información veraz, para ellos, los que ahora no han movido un dedo
por sus trabajadores, dado que sus vidas se están desmoronando a su
alrededor, debido a la gestión de unos dirigentes igual de ineptos
que los del Grupo Prisa.
Cuando estás en una
situación como esta, quiero decir, como fotógrafo que pretende
documentar algo, especialmente cuando pretendes contar una historia
grande a través de una personal y más pequeña, siempre tienes que
elegir a alguien para tu proyecto. A veces es más sencillo, por
ejemplo cuando conté la historia de Azucena Paredes, una madrileña
expulsada de su casa por el siniestro y maquiavélico Instituto de la
Vivienda de Madrid a finales de 2011 EVICTION-DAY no tuve que elegir. Azucena
me abrió las puertas de su vida después de haber hablado con ella
durante algunas semanas (hasta el punto de enfrentarse a la policía
dentro de su propia vivienda, en el momento del desahucio y salir en
mi defensa, afirmando que yo era su invitado y que no me tenía que
ir del lugar). En cambio, cuando llegas a un lugar como un hospital,
campo de refugiados y decenas de circunstancias más, tienes que
decidir quien puede representar mejor lo que quieres contar.
En el hospital de Laiza,
Kachin state, elegí a Ze Dai porque nos caímos bien, eran recientes
sus heridas y estaba dispuesto a que invadiera su intimidad para que,
su historia y la historia de Kachin, viera la luz a través de mis
ojos THE-STORY-OF-ZE-DAI Esto no quiere decir que el
resto de la historias no merezcan ser contadas. Me siento en deuda
con todas esas personas que dejaron que merodeara por allí durante
días y que tendrán que soportarme mucho tiempo más, por esa razón
he decidido hurgar en el archivo, editar estas fotos, en principio
descartadas y colgarlas aquí.
Lanhpai Tang Gun, perdió
parte de su pierna al pisar una mina terrestre el 13 de Febrero de
este año, en una remota zona de la jungla, del ya remoto Kachin
state, tardó 2 días en llegar al hospital, donde finalmente
decidieron amputar debido al mal estado de la pierna. El fue una de
las personas que fotografié en el Hospital Militar de Laiza, la
capital del territorio controlado por el Kachin Independence
Organization, en Myanmar.